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lunes, 23 de septiembre de 2013

Ella nunca soñó con ser princesa...




Es cierto,  nunca soñó con ser princesa. Era presumida y femenina, dulce, cariñosa y romántica, pero también indomable, libre, idealista e inconformista, cosas incompatibles a lo que, a su parecer, debía ser una princesa y mas cercana al ideal de "caballera andante". Así creció, pareciéndose a una "Mérida" escocesa que  se fundía con el viento mientras aprendía lo bueno y lo malo de esta vida. Con los años la madurez, los años, los disgustos, fueron calmando su carácter y llenándola de sensatez y paciencia y poco a poco se transformó en una especie de Geisha del siglo XXI, no porque su espíritu se rindiera, todo lo contrario, sino porque a través de esa imagen alcanzó la posibilidad de jugar al mismo nivel de los hombres, y con sus mismas reglas, en el viejo juego de la seducción, con partidas cargadas de morbo, placer, inteligencia, cultura, belleza, arte, y sobre todo sinceridad. Nada de compromisos, nada de cartas marcadas, toda la libertad para ambas partes, un juego que le permitía llevar la vida que siempre quiso llevar, pero que le apartaba de algo a lo que nunca le dio importancia y que añoraba sin saberlo. Nunca supo si realmente quiso o la quisieron, ni que aportaba el saberse enamorada, pero el ser consciente que se alejaba la juventud y que pronto se encontraría sola le abrió una duda inquietante en el alma... ¿Cómo sería compartir la vida con alguien y amanecer cada mañana abrazada a esa persona que horas antes se habría unido a tu cuerpo a través del baile del amor?¿Que se sentiría cuidando y dejándose cuidar por esa persona que es capaz de robarte la vida a través de una mirada llena de deseo?¿quien seria el valiente con quien pasear por esa playa una tarde de invierno mientras le repetiría de mil maneras distintas lo mucho que la quería?...Pero ella lo que si sabía, porque lo había visto muchas veces a su alrededor, es que el amor tiene fecha de caducidad, que viene y va y hace sufrir, aunque ese sufrimiento te acerque a la vida con cada lágrima derramada, que tiene sus etapas y cada una de ellas es muy diferente...Y pensó, y pensó, y decidió que con tanto pensar lo único que hacia era perder mas el tiempo, así que se levantó y decidió seguir viviendo y si tenia que venir ya llegaría y si era capaz de descubrirlo intentaría disfrutarlo hasta que se acabara, todas y cada una de las veces que tocara a su puerta...Y así fue como pasó la vida, abriéndole la puerta a todos los amores que llegaron, y sin saberlo, siendo la princesa de todos, aunque nunca llegara a reina...

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