Seguidores

martes, 29 de octubre de 2013

Aun así se negaba a rendirse...



Vivía saltando de un imposible a otro. Sus días no eran mas que un cúmulo de despropósitos donde no había sitio para las alegrías. Ni amor, ni dinero, ni siquiera salud le estaban reservados a su disfrute. Aún así se empeñaba en seguir caminando. Cerraba una puerta y se veía entrando por otra que la llevaba a una estancia peor que la anterior, pero es que no podía esquivar los problemas. Se sentía cansada, necesitaba parar en seco, recuperar, de alguna manera, las fuerzas que la vida le robaba, cerrar los ojos y dormir un sueño duradero que repara los daños de su cuerpo y le diera una tregua a su alma maltrecha. Con tantos atropellos era imposible parar, y a pesar del agotamiento se mantenía en pie, aunque a duras penas, y apoyando su espalda a las paredes conseguía no caer desfallecida. Aun así se resistía a tirar la toalla. A veces alguien se acercaba haciéndole creer que iba a ayudarla, pero después de utilizarla la abandonaban a su suerte. El desaliento se apoderaba de ella y percibía como poco a poco se le escapaban las pocas fuerzas que aun se resistían a dejarla. A cada momento le fallaban las fuerzas, no sabia cuanto tiempo iba a ser capaz de aguantar en pie, ni siquiera si su conciencia permanecería despierta mas que su propio cuerpo. Aún así se negaba a rendirse...

No hay comentarios:

Publicar un comentario